En su tercer partido como internacional, el delantero volvió a ser decisivo. Acumula tres dianas en cinco disparos con la absoluta y la semana que viene volverá al conjunto blanco
Joselu lo volvió a hacer. Si ante Noruega en su estreno como internacional español apareció para sentenciar el partido con sus dos goles, ante Italia se dejó ver para sellar el pase de España a la final de la Liga de las Naciones y para, de paso, despejar fantasmas que empezaban a notarse en el ambiente tras la estrepitosa derrota ante Escocia en la fase de clasificación para la Eurocopa.
Con un gol de nueve puro, de saberse mover dentro del área y de tener una buena relación con la suerte máxima del fútbol, el todavía delantero centro del Espanyol supo jugar con el fuera de juego para adelantarse al meta Donnarumma tras el rechazo del tiro de Rodrigo por parte de Cristante y tocar el balón lo justo para que el portero del PSG no pudiera hacer absolutamente hacer. Gol de listo, de jugador que sabe vivir siempre en el límite, vamos, de nueve puro, tal y como lleva haciendo toda su ya larga y dilatada carrera deportiva.
En cinco o en noventa
Joselu demostró que le da lo mismo cinco minutos que noventa, que cuando sale a jugar lo hace repleto de fe y demostrando todas las ganas del mundo para hacer lo que mejor sabe, que es el llevar peligro hacia la portería contraria como su principal argumento, que no el único.
No se puede negar que la camiseta de la selección, lejos de pesarle, le sienta de maravilla. La descubrió tarde, a punto de cumplir ya los 33 años, pero la verdad es que se ha convertido en el mejor socio del seleccionador Luis de la Fuente en su todavía corto periodo como entrenador del equipo español. Joselu ha sido el salvavidas perfecto para un seleccionador que necesita más cariño para poder hacer su trabajo.
Cierto es que el descenso del Espanyol ha sido un trago amargo, pero no está muy lejos de ser la mejor temporada del delantero gallego en el fútbol profesional y que quedará refrendada la próxima semana con la firma como flamante nuevo jugador del Real Madrid, algo con lo que soñaba desde pequeño y que nunca ha ocultado. El tanto logrado ante Italia empieza a justificar el movimiento que ha realizado la entidad madridista y con el que, al menos, se va a asegurar el concurso de un nueve puro, de un futbolista que se sabe mover a la perfección en el área.
Lo tuvo muy cerca en su momento, cuando era jugador del Castilla, más década atrás, pero le ha llegado a los 33 años y después de debutar con la selección absoluta y después de lograr 16 goles con el Espanyol, que no pudieron evitar el descenso, en el que fue uno de los momentos más amargos de su carrera.
Confianza ciega
Si hay otro aspecto en el que ha destacado Joselu a lo largo de su carrera es en el de no bajar nunca los brazos. Y lo ha vuelto a demostrar ante Italia. «Consistía en fe, el equipo ha hecho un partidazo. Hemos dominado casi toda la segunda parte. Faltaba el gol.He estado de pícaro en el disparo de Rodri, me ha caído ahí y estaba confiado de que no era fuera de juego«, confesó al término del partido.